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  Rubén Alexis Hernández   En medio de la pandemia por COVID-19 y las terribles consecuencias socioeconómicas derivadas de la emergencia sanitaria, ha habido un repunte notable del trabajo infantil en el mundo, en situación clara de semiesclavitud. Tristemente millones de niños han tenido que dejar a un lado los juguetes y las diversiones en general, para ayudar a sus familias o ganar su propio sustento mediante su labor, “voluntaria” o forzada, en condiciones precarias, infrahumanas y degradantes-inmorales, tal como en el caso de la pornografía, de gran auge en su modalidad electrónica (vía on-line ), en el contexto de la sociedad digital en proceso de consolidación.   Los niños están dejando de ser niños en este mundo de m….a, pierden rápidamente su inocencia e ingenuidad y dejan de ser felices, y son arrastrados al igual que los adultos a un abismo de desilusión y desesperanza. En Venezuela, donde la crisis socioeconómica ha sido más grave que en otros lugares del planeta,

  Rubén Alexis Hernández   Cada día que pasa la situación salarial-laboral de los trabajadores dependientes en Venezuela empeora, en especial la de los empleados públicos, con sueldos miserables y pérdida progresiva de ciertos beneficios. En medio de la pandemia por COVID-19 y la conjunción de diversos factores externos e internos que han llevado a la nación suramericana a la casi ruina económica, hasta la inamovilidad laboral quedó en el pasado, y cualquier trabajador puede ser despedido sin justificación y sin derecho a recibir compensación alguna.   Ciertamente hay una condición económica muy complicada en el mundo y en Venezuela, agravada por la semiparalización económica derivada de la emergencia sanitaria desde marzo de 2020, pero son los asalariados quienes han pagado los platos rotos, mientras que la dirigencia política venezolana, por ejemplo, vive en la opulencia, incluso los líderes dizque socialistas, quienes han tenido la desfachatez de engañar en plena crisis a lo

  Rubén Alexis Hernández   Diversos factores externos e internos han tenido como una importante consecuencia en la Venezuela de hoy, que los asalariados tengan los peores sueldos del planeta (al menos la gran mayoría de ellos) y se ubiquen entre la pobreza y la miseria, en condiciones de vida tan deprimentes que ya ni pueden medio alimentarse adecuadamente, mucho menos satisfacer necesidades básicas de familiares a su cargo. Triste es, por ejemplo, que un padre no pueda atender materialmente como debe ser a su hijo o hijos, gracias a esa mísera colaboración mal llamada salario en Venezuela. Más aún, ni laborando en varios sitios de trabajo a la vez, se perciben ingresos ni remotamente suficientes para vivir con dignidad.   Lo irónico del caso es que Venezuela es gobernada por un presidente que se autocalifica como obrerista y humanista, y no obstante la notable crisis socioeconómica, que empeorada por la pandemia de COVID-19 y los criminales bloqueos internacionales han llevado