Los trabajadores de Venezuela en la miseria
Rubén
Alexis Hernández
Cada
día que pasa la situación salarial-laboral de los trabajadores dependientes en
Venezuela empeora, en especial la de los empleados públicos, con sueldos
miserables y pérdida progresiva de ciertos beneficios. En medio de la pandemia
por COVID-19 y la conjunción de diversos factores externos e internos que han
llevado a la nación suramericana a la casi ruina económica, hasta la
inamovilidad laboral quedó en el pasado, y cualquier trabajador puede ser
despedido sin justificación y sin derecho a recibir compensación alguna.
Ciertamente
hay una condición económica muy complicada en el mundo y en Venezuela, agravada
por la semiparalización económica derivada de la emergencia sanitaria desde marzo
de 2020, pero son los asalariados quienes han pagado los platos rotos, mientras
que la dirigencia política venezolana, por ejemplo, vive en la opulencia,
incluso los líderes dizque socialistas, quienes han tenido la desfachatez de
engañar en plena crisis a los trabajadores con los típicos discursos prometedores-demagógicos.
Líderes a los que en realidad importa un comino el bienestar de los trabajadores,
considerando que han usado a la pandemia como excusa de turno para seguir
ejecutando una política claramente antilaboral-procapitalista, en la que
destacan el incumplimiento del artículo 91 de la constitución y la realización
de despidos masivos a más no poder.
No
obstante la tragedia que todos los días viven los trabajadores dependientes en
la nación caribeña, que luchan por sobrevivir como pueden, tanto Maduro como
otras autoridades venezolanas aseguran que entre el mísero salario y las
bonificaciones mensuales es más que suficiente para vivir con dignidad. Claro
está que ni por asomo esas autoridades obtienen los escasísimos ingresos de la
mayoría, y lógicamente no tienen idea de lo que se sufre estando en la pobreza
o en la miseria, o son indiferentes respecto al padecimiento de millones de
ciudadanos.
Tan
precaria es la condición de los trabajadores en Venezuela, particularmente de
los empleados públicos, que la desnutrición y las enfermedades asociadas están
a la orden del día. Y a pesar de este terrible panorama, hay instituciones y
organismos cuya dirigencia ya ni la bolsa de comida subsidiada o regalada entrega
a sus trabajadores. Tal es el caso de la Misión Nevado, fundación que hace
meses dejó de repartir alimentos a sus empleados, incluso en la ciudad de
Caracas; luego su dirigencia se molesta por la quejadera de quienes además de
recibir sueldos de hambre, trabajan duro sin recibir beneficios de ningún tipo.
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