Navidad de m...a y creciente frustración social
Rubén
Alexis Hernández
Sin
duda alguna esta temporada navideña (2020), signada además por la pandemia de
COVID-19, ha sido la peor de los últimos años en Venezuela, y lo que reina en
el espíritu de millones de ciudadanos es la desesperanza, el desánimo, el
pesimismo, la frustración y el descontento. Una crisis económica de
proporciones gigantescas está golpeando bien duro el bolsillo de la mayoría,
que paga los platos rotos por una complicada situación con causas externas e internas,
provocada por los desgraciados manejos codiciosos y egoístas del gran capital
local y foráneo (incluidos el chino y el ruso), la semiparalización económica
por la emergencia sanitaria y por la ineficiencia y mala administración del
Gobierno nacional de turno, mal llamado por algunos como revolucionario,
bolivariano y socialista. ¿Cómo no va a estar mal Venezuela con una enorme
deuda externa a cuestas, con una baja productividad agrícola e industrial, y
para colmo sin percibir suficientes ingresos por la explotación transnacional
de recursos minerales y energéticos, que dicho sea de paso está destruyendo
nuestro medio ambiente?
Esta
es una navidad de m….a, que solo los ricos, los politiqueros
"revolucionarios" y "opositores", y los arrastrados de las
empresas de comunicación, se atreven a celebrar, e incluso tienen la
desfachatez, en medio de tan desgraciada crisis, de transmitirle al pueblo pobre
y miserable mensajes de esperanza, solidaridad y prosperidad. Claro está que a
dichos individuos no afecta la crisis que sí golpea al resto de la población, a
pesar de que el país está prácticamente quebrado. Y como era de esperarse, en
medio de la pandemia, el Estado venezolano debía preservar el Statu Quo
capitalista, y por tanto ha protegido mediante ciertas medidas a los burgueses;
en este sentido la administración "socialista" liberó brutalmente los
precios, devaluó notablemente la moneda, redujo la inversión social, promovió
la flexibilización laboral, consiente a las trasnacionales y trata de estar al
día con el pago de la deuda externa, que parece eterna. Una navidad de m….a
marcada por el altísimo costo de la vida, el elevado desempleo, la prevalencia
de sueldos miserables, la reducción de los beneficios laborales, una mayor
pobreza y miseria, el irracional descontrol cambiario, la escasez de alimentos subsidiados
(distribuidos vía Clap) y la dramática situación de la salud pública.
Una
navidad de m….a que refleja la molestia creciente de millones de venezolanos,
cansados de la demagogia y el populismo tanto de los dirigentes oficialistas
como de los dizque opositores, y del proceder inescrupuloso y delincuencial de
numerosos productores, intermediarios y vendedores finales, a quienes no ha
importado para nada desangrar financieramente a los ciudadanos, para colmo en
plena emergencia sanitaria por la COVID-19. Y por eso no se confíen tanto de su
"buena suerte" politiqueros y capitalistas de porquería, que más
temprano que tarde el descontento social que se percibe en las calles les puede
estallar en sus caras. Y quizá no haya Policía, Guardia Nacional, Ejército o
cualquier otro cuerpo armado, que pueda contener la furia popular.
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