Los “revolucionarios” venezolanos hablan maravillas de la sanidad pública, pero solo acuden al sistema privado de salud
Rubén
Alexis Hernández
En
los últimos meses algunos de los hechos noticiosos más relevantes en Venezuela,
estuvieron relacionados con el estado de salud de algunos funcionarios gubernamentales
de la “revolución”. Dichos personajes, por cierto, han asegurado que el sistema
público venezolano de salud es una maravilla o algo por el estilo, en el marco
de la supuesta recuperación económica de la nación suramericana. Ahora bien, ni
uno solo de los altos funcionarios “revolucionarios” se hizo atender en un hospital
o en un centro diagnóstico integral. ¿Por qué? Simple y sencillamente debido a la
decadencia progresiva de la sanidad pública en Venezuela, acelerada por factores
como las sanciones internacionales y el manejo nefasto de la pandemia por
COVID-19.
Y
no obstante el estado deplorable de la
sanidad pública n Venezuela, los altos funcionarios gubernamentales y otros
personajes de la “revolución”, insisten en afirmar día tras día
que la situación ha mejorado. Evidentemente la narrativa oficial debe
apuntar siempre a la manipulación de la información para hace creer a la
opinión pública nacional e internacional, que Venezuela se está arreglando, incluso
en el ámbito sanitario. Claro está que esos personajes no sufren las penurias
de millones de venezolanos, mal atendidos en centros de salud del Estado que no
disponen ni de los insumos básicos; venezolanos que se ven obligados a acudir a
los hospitales, ambulatorios y centros de diagnóstico integral, debido a que no
cuentan con los recursos económico suficientes para ser atendidos por la
sanidad privada, para la que es más importante el beneficio económico que el
bienestar de los usuarios, pero al menos cuenta con suficientes insumos y
aparatos.
En
pocas palabras, los altos funcionarios “revolucionarios” aseguran que el sistema
público de salud en Venezuela funciona casi a la perfección, pero no acuden a
un hospital, a un ambulatorio o a un centro diagnóstico integral ni por un
simple dolor de cabeza. Saben de la situación real de la sanidad pública
venezolana, y por esta razón acuden a los centros de salud particulares, cuyos
servicios pagan, por lo general, con fondos estatales y dinero mal habido. Y mientras
ellos son bien atendidos en clínicas, por ejemplo, los ciudadanos comunes deben
conformarse con ser “tratados” por el deficiente sistema público de salud del
país caribeño.
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