Lo que se “esconde” detrás de la xenofobia hacia los venezolanos
Rubén
Alexis Hernández
La
xenofobia hacia los venezolanos en varios países de América del Sur está
llegando a una escala verdaderamente alta, tanto que el odio y miedo
irracionales de algunos habitantes de dichos países, les ha llevado a agredir
de diversas maneras a los migrantes de la nación caribeña, llegando al extremo
de asesinar en ciertos casos. Obviamente la xenofobia y sus consecuencias
nefastas no pueden justificarse de ninguna forma, más allá de que un puñado de
migrantes hayan estado involucrados en diversos delitos; la historia del mundo
desde tiempos antiguos no puede ser abordada sin tener en cuenta la importancia
de miles de movimientos migratorios en la formación y consolidación de numerosas
entidades político-territoriales, y esos mismos países donde hoy día es notable
la xenofobia hacia los venezolanos, se formaron en buena medida gracias a la
inmigración, y además millones de ciudadanos de esas naciones emigraron al
resto del planeta desde el siglo XIX, incluso a Venezuela.
Ahora
bien, lo peor de la xenofobia no es la discriminación como tal, sino que el
odio y el miedo crecientes en buena parte de la población están siendo aprovechados
por ciertos Estados para ir proyectándola
como una práctica social normal y cada
vez más aceptada, y de paso implantarla
como una política oficial. Ciertamente es poco probable que en pleno siglo XXI
haya Gobiernos nacionales que directamente hagan alusión a la xenofobia como
política estatal, pero si lo están haciendo de forma implícita por medio de
medidas antiinmigratorias de tipo jurídico, social, policial, político y
administrativo. Tristemente la xenofobia entre hermanos latinoamericanos avanza
a pasos agigantados, en especial hacia los venezolanos, y algunos Estados la
están asumiendo como política oficial aunque no lo admitan abiertamente. Pero
cabe hacerse una pregunta en este contexto: ¿por qué justamente hay una
xenofobia exacerbada hacia los venezolanos?
La
respuesta a la interrogante del párrafo anterior no tiene tanto que ver con el
elevado número de inmigrantes venezolanos en América del Sur, y sí con la
estrecha alianza entre los Gobiernos de
ciertos países y Estados Unidos. Considérese que la potencia norteamericana
actualmente tiene planes macabros contra Venezuela, incluso militares, y no es
casualidad que las élites de las naciones
suramericanas en donde la xenofobia hacia los venezolanos es más notable, estén
comprometidas de lleno con el águila imperial en sus proyectos nefastos.
Exacerbar la xenofobia hacia los venezolanos, enfatizando implícitamente en que
estos ciudadanos son responsables en gran medida de la inseguridad e
inestabilidad social suramericana, significa tanto para Estados Unidos como
para sus lacayos en América Latina, el crecimiento del odio y del miedo, y por tanto sería una de
las excusas para ir preparando el terreno social-mental de cara a una agresión
directa contra Venezuela; crecería el rechazo en la opinión pública hacia los venezolanos
y así sería más fácil justificar para el Imperio estadounidense y sus perros
falderos los ataques a los intereses venezolanos en la región, los asesinatos
al azar y selectivos de personas de la nación caribeña en cualquier parte del
orbe, una invasión multinacional a Venezuela y otros desmanes y tropelías.
Es
indudable, entonces, que detrás de la creciente xenofobia hacia los venezolanos
en algunas naciones de América del Sur, está metida la mano de ciertos
Gobiernos nacionales y de Estados Unidos, quienes apuestan al odio y rechazo popular cada vez más
notables, y a la posible aceptación masiva de acciones violentas contra
Venezuela y sus ciudadanos. De manera que dicha xenofobia no es solamente una práctica de un
puñado de individuos “patriotas-nacionalistas”, sino una política estatal
encubierta, cuyo objetivo no es más que crear las condiciones a nivel de la opinión
publica para rechazar cada vez más a los venezolanos, que supuestamente representan un problema
social, policial y económico para las naciones
receptoras, y así justificar hasta una arremetida militar de Estados Unidos y sus
aliados globales contra los intereses de Venezuela dentro y fuera del país
caribeño. Por desgracia los Gobiernos y grupos poderosos entreguistas de
algunos países latinoamericanos han logrado dividir a la región respecto a una
visión común antiimperialista, estableciendo el panorama ideal para que el
coloso norteamericano entre en acción a plenitud.
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