Los delincuentes del gas doméstico en Venezuela


Rubén Alexis Hernández

Es inconcebible que en Venezuela, país con abundantes reservas de gas natural, sean tan elevados los precios de este recurso tan importante, en especial del usado para fines domésticos. Claro está que si observamos el panorama general de la Venezuela actual, no sorprende que el gas doméstico sea tan caro; en el país suramericano prácticamente todo tiene un costo desproporcionadamente elevado para lo que gana la mayoría asalariada. Ciertamente la crisis económica afecta también a la industria del gas, y las sanciones, bloqueos y el descenso notable del PIB y de las reservas internacionales han dificultado el acceso a ciertos insumos y equipos necesarios para la producción y su transporte, pero de igual forma hay suficiente gas para satisfacer en buena medida la demanda interna, y a precios razonables, considerando además que el Estado es responsable en buena parte de la producción y distribución del combustible en cuestión (mediante el subsidio por un lado).

Entonces, ¿qué está pasando  con los precios del gas doméstico si no hay escasez en el amplio sentido de la palabra y hay intervencion estatal?, ¿por qué tanta inflación? Por un lado es posible que parte de la producción de este combustible, aunque cueste creerlo, esté siendo sacada del país legal e ilegalmente, por otro lado es indudable que la complicada situación económica ha obligado a los empresarios privados y públicos del gas a elevar los costos finales, y por otra parte es bien sabido que hay  delincuentes-ladrones haciendo de las suyas con los precios del gas en Venezuela, tal cual como lo hacen los que especulan con otros rubros. Respecto a la tercera consideración, es de advertir que en general todas las empresas de gas en el país están robando de manera descarada a los venezolanos, justificándose con la crisis que nos azota; hasta el sector estatal mediante PDVSA Gas, vende con sobreprecio exagerado a los consumidores, aún cuando debería hacerlo con tarifas reguladas.

Más allá de la crisis económica y sus consecuencias, que pueda justificar en parte el alto costo del gas doméstico, la distribución de este combustible en Venezuela está  casi totalmente controlada por delincuentes-ladrones, tanto del sector público como del sector privado, que venden a como les da la gana en medio de una espantosa impunidad respecto a los delitos económicos. Y lo peor es que estos miserables obligan a los consumidores a suplicar que les vendan el gas, a esperar largos periodos para disfrutar del servicio, e incluso a soportar largas filas en los centros de llenado de algunas ciudades. Verdaderamente  sujetos como los aquí mencionados son parte de la escoria que tiene tan mal a la gran mayoría de la humanidad.


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