El policía “nuevo” y la represión al ciudadano común

 

Rubén Alexis Hernández

 

En materia de seguridad ciudadana en Venezuela, las autoridades “revolucionarias” se han jactado desde hace años de la presencia de un nuevo policía, un verdadero servidor público, más humano y respetuoso de los derechos humanos, y de los debidos procedimientos a la hora de detener y apresar a individuos incursos presuntamente en delitos. Un nuevo modelo policial pues. Ahora bien, ¿esto ha sido cierto o ha sido simple propaganda en el marco del tan mentado pero indefinido socialismo del siglo XXI?

 

La verdad es que la presencia de una nueva policía en Venezuela  resultó más propaganda que otra cosa, y en el contexto de la pandemia por COVID-19 esto ha quedado bien evidenciado, considerando que los funcionarios policiales, salvo excepciones puntuales, continúan siendo unos represores brutales, abusadores de su autoridad, agresores, torturadores, extorsionadores y pare de contar. Todos unos delincuentes al servicio de los poderosos, al más puro estilo de la Cuarta República, cuando se recuerda, por ejemplo, el tristemente célebre procedimiento conocido como disparar primero y averiguar después.

 

Ha sido tal la brutalidad de los cuerpos policiales en cuanto a la violación de los derechos humanos, acentuada durante la emergencia sanitaria actual y las protestas contra las consecuencias del manejo elitesco de la misma, que las autoridades venezolanas han admitido la ocurrencia  de excesos por parte de grupos  como las FAES (Fuerzas de Acciones Especiales), e incluso fueron detenidos numerosos efectivos y se llevaron a cabo diversas investigaciones. Ha sido tan importante el papel de las FAES en cuanto a preservar el orden social y  la estabilidad política y económica en Venezuela, que claramente este comando ha sembrado el terror entre los ciudadanos comunes, en especial entre los más pobres,  propensos con razón a reaccionar violentamente contra el Gobierno nacional y el alto funcionariado estadal y local, y en general contra el Statu Quo.