El dólar y la economía venezolana
Rubén
Alexis Hernández
En
medio de la pandemia por COVID-19 y las consecuentes medidas para intentar minimizar
el impacto de la emergencia sanitaria en Venezuela, la economía del país
caribeño se ha hundido aún más, como si fuera poco lo que ha sucedido desde
hace varios años gracias a diversos factores externos e internos, que han
desembocado, por ejemplo, en una disminución notable de las reservas
internacionales y del PIB, y por tanto en la disponibilidad cada vez menor de
recursos estatales para la inversión en aspectos esenciales para la población:
salud, educación, alimentación, servicios básicos, entre otros. Se entiende,
entonces, que la economía venezolana se encuentra en un estado de debilidad extrema, y el altísimo
costo de la vida es una de sus principales características, que afecta
terriblemente a millones de ciudadanos, en especial a los asalariados, cuyos
miserables ingresos apenas alcanzan para medio comer adecuadamente.
Y
en el contexto de la debilidad macroeconómica, de la hiperinflación y de la ineficiencia y corrupción que
empeoran día tras día la calidad de vida de las personas comunes en Venezuela,
el dólar juega un papel fundamental. El hecho de ser ésta una nación
megadependiente, sancionada, bloqueada, con la industria petrolera casi quebrada desde
el 2019, e importadora de todo tipo de bienes e insumos, ha ocasionado que la
divisa estadounidense, de limitado acceso hoy día, haga estragos respecto a los
precios de los diferentes rubros. Por supuesto la moneda venezolana, como es el
bolívar, vale cada día menos y evidentemente los venezolanos confían cada vez
menos en ella.
Irónicamente
el dólar como divisa de referencia global está en franca decadencia, a la par
de Estados Unidos como superpotencia planetaria; no obstante aún es la moneda con
que se efectúa la mayor parte de las transacciones comerciales en la Tierra.
Claro está que como moneda sin respaldo en algún recurso natural (a partir de la
década de 1970), se ha mantenido en la cúspide
a punta de balas, bombas y amenazas y sanciones cortesía de Estados Unidos. Y
justamente la decadencia del imperio dólar, acelerada por la pandemia, ha
generado inestabilidad financiera e inflación elevada en naciones que continúan
siendo socias en mayor o menor grado del país norteamericano; en el caso de
Venezuela su economía débil y dependiente, con un bolívar desvalorizado, aún
necesita de numerosos dólares más allá de que la influencia comercial de
potencias como China y Rusia es cada vez mayor.
Por
ahora la única opción racional para revertir el impacto desastroso del dólar en
la economía venezolana y fortalecer el bolívar, es sacar a flote dicha economía,
buscando la independencia y soberanía agropecuaria e industrial.
Desgraciadamente a la dirigencia política que gobierna a la Venezuela actual y
a la élite económica, lo que menos importa es la independencia, la soberanía y
la fortaleza productiva y monetaria.
A
continuación se transcriben de forma parcial dos textos que intentan explicar
el por qué de la influencia nefasta del dólar en la economía venezolana, que
vine afectando duramente a la mayoría asalariada, a los desempleados y al
pequeño empresariado:
“La
fluctuación del dólar impacta en el precio de una amplia gama de productos y
servicios como alimentos, calzado y medicina privada porque Venezuela depende
en gran medida de las importaciones. Además, la hiperinflación destruyó la
confianza en el bolívar y el dólar se convirtió en la referencia para calcular
tarifas, costos y márgenes de ganancia.
Analistas
explican que la disparada del dólar obedece al aumento de la demanda de divisas
y al incremento en la creación de dinero por parte del gobierno.
La
firma Síntesis Financiera indica en su informe El Tesorero, que “crecen las
expectativas de un agravamiento del entorno económico nacional y con él la
urgencia de los agentes en resguardarse en moneda dura”.
Agrega
que la compra de divisas recibe un impulso extra porque el dólar se utiliza
para pagar ‘productos y servicios altamente demandados durante las actuales
circunstancias, como plantas eléctricas, camiones cisternas, servicios de
delivery e incluso gasolina, cuya escasez ha llegado a niveles críticos en todo
el país’”.
https://prodavinci.com/que-esta-pasando-con-el-dolar-en-venezuela/
“8
factores que hacen que el dólar suba como la espuma
1-Creciente
incertidumbre económica, propiciada por la ausencia de medidas macroeconómicas
consistentes.
2-La
economía nacional, debido al desorden y al desespero oficial, irremediablemente
dolariza cada día más la actividad económica por la vía del costo de bienes y
servicios.
3-La
demanda de dólares es infinita. En Venezuela es la única vía para alcanzar gran
parte de los bienes disponibles.
4-El
bolívar ha sido desprovisto de su función como unidad de cuenta para medir el
valor en la economía, productos y servicios. Nadie quiere retenerlo. El impulso
de transformarlo en divisa es casi automático.
5-El
Banco Central no tiene capacidad para enfrentar tan compleja situación, por la
ausencia de reservas internacionales y políticas que preserven el valor del
bolívar.
6-PDVSA
enfrenta su peor condición productiva y financiera.
7-Las
medidas persuasivas del gobierno de los Estados Unidos expanden su acción,
socavando nexos con bancos y agentes económicos en buena parte del mundo que,
por temor a perder cuotas de mercado, se alejan de los negocios asociados al
país.
8-Ninguna
potencia grande o media como China, Rusia, Turquía e Irán dispone de voluntad o
medios financieros que en forma incondicional hagan llegar prontamente a
Venezuela sin desafiar las sanciones financieras internacionales”.
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