El auge de la delincuencia común desechable en Venezuela
Rubén
Alexis Hernández
La
nueva “normalidad” en Venezuela, caracterizada entre otras cosas por un oscuro
panorama de pobreza y miseria en el marco de la “mejoría económica”, está
dejando algunas consecuencias muy lamentables, como el aumento notable de la
delincuencia de todo tipo, incluyendo la común, en la que los delitos son, por
lo general, de poca complejidad, y realizados por un solo individuo o por
grupos pequeños (personas de a pie). Entre los delincuentes comunes figuran numerosos desechables, seres psicópatas o sociópatas que, en
el proceso de delinquir, hacen el mayor daño posible (físico y
mental-emocional) a sus víctimas; unas verdaderas lacras, que bajo los efectos
o no de las drogas, actúan con la mayor crueldad posible, incluso contra niños
y ancianos. Son desechables simple y sencillamente porque son seres irrecuperables
en cuanto a una reinserción relativamente normal en la sociedad, que no conocen
otra vida que la del parasitismo y la maldad extrema.
Ahora
bien, a pesar de que la delincuencia común desechable ha llevado a cabo
espantosos delitos-crímenes contra los ciudadanos de a pie en Venezuela, que
han tenido una amplia difusión en muchas televisoras, estaciones de radio,
publicaciones periódicas y en las redes sociales, brilla por su ausencia la
actuación policial-judicial concreta del Gobierno en todos sus niveles. Aunque
no sorprende en realidad la inacción oficial contra los delincuentes
desechables, considerando, por ejemplo, que éstos han sido de una u otra manera
aliados del Statu Quo en lo relativo a contribuir al control social mediante la
violencia y el miedo. Control social que es clave, por ejemplo, para evitar
rebeliones civiles en un periodo marcado por los efectos negativos del manejo
gubernamental de la pandemia por COVID-19 y de otros factores internos y externos.
Ante
la indiferencia del Estado respecto al control de la delincuencia común desechable,
la sociedad ha actuado por cuenta propia en no pocos casos en que se ha llevado
a cabo un delito-crimen, llegando al extremo de asesinar a algunos delincuentes
por medio del linchamiento. En cierta medida, hay que entender la reacción
violenta de los ciudadanos hastiados por el auge de la peor delincuencia que
los azota; han tenido que pasar por encima de la ley debido a que ésta no ha
actuado como debe ser contra los involucrados en delitos graves. En realidad, la
justicia venezolana si ha sido eficiente, pero enviando inocentes a la cárcel,
pobres en su mayoría.
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